Solía cantar de amor dulces clamores,
ahora lloro triste, y de año en año
se seca la esperanza y crece el daño,
falta seguridad, sobran temores.
Vosotros, que al frescor de los favores
vivís alegres, sin temor de engaño,
sabed que nuevo mal, tormento extraño,
se os apareja al fin de los amores.
¡Dichoso aquél a quien concede el cielo
medir con su fortuna sus cuidados
y vive en un estado satisfecho!
Las altas esperanzas vanse a vuelo
con el humo del mundo y los estados,
y pierde más quien más aquesto ha hecho.
Gutierre de Cetina