SONETO
A LA CIRCUNCISIÓN DE NUESTRO REDENTOR JESUCRISTO
El mar bermejo cuya gran corriente
anegó los caudillos del pecado,
y para que pasase el pueblo amado
de sus sagradas ondas hizo puente:
Tomó principio en la pequeña fuente
de la sangre de un niño delicado
que para redimir siendo enviado
redime y obedece juntamente.
Que como se ofendió el poder divino,
con sangre del que Dios tiene por nombre
el mismo Dios apaciguado queda.
Y así para pagar al uno y trino,
tres cosas fue en la redención del hombre,
el que paga, el que cobra, y la moneda.
Gaspar Aguilar