CANTO A JUANA DE IBARBOUROU
Juana de Ibarbourou: tienes mucho de árbol
Tú misma me lo has dicho con tu vos sin igual;
Juana de Ibarbourou, tienes tanto de humana
—Juana de Ibarbourou— como de vegetal.
Juana de Ibarbourou, que te atas las crenchas
Con un gajo de sauce flexible de humedad;
Juana de Ibarbourou, ráfaga de salud
Soplando en la planicie yerma de la heredad.
Juana de Ibarbourou, eies árbol que canta,
Pajarillo hembra, ave y criatura,
Nota de frescura
Puesta en la garganta
Del amanecer;
En cada rincón tuyo debes tener un nido
Por eso en cada nido hay algo de mujer.
Juana de Ibarbourou, voz antigua y moderna;
Grito de inocencia sin tiempo ni edad:
¡Lección de juventud;
Lección de castidad!
Maravillosa estatua sin nudo y sin escudo
—Como mi voz en el momento de cantarte—,
Tu desnudez es casta como una obra de arte,
Tu desnudez es casta igual a un pie desnudo,
Chingólo, chingolito: en la primavera,
—Luego de besarte con tu compañera—,
Vuela hasta la casa de la juventud
A juntar con el pico, para construir tu nido,
Hebras del cabello lacio y renegrido
De Juana de Ibarbourou.
Fernán Silva Valdés