COPLAS PARA TOCARSE AL VIOLÍN, A GUISA DE TONADILLA
Cantar la música Iriarte
se propuso en un poema,
y en lugar de sinfonía
tocó la gaita galleta:
Las maravillas de aquel arte canto...
¡Dios guarde, oh muñeira, tu gracia, tu encanto!
De Juan de Mena llegó
a la berroqueña oreja
aquel estupendo verso,
con que el poema comienza,
y dijo asustado: ¿Qué música es ésta?,
jamás otra tal me rompió la mollera.
Ni destemplados clarines,
ni la zampoña perversa,
ni en vil mercado el molesto
gruñente animal de cerda,
que hasta los perros y gatos ahuyentan,
tan desapacible hirió mis potencias.
¡Señor Iriarte o don diablo!,
si más estilo y cadencia
no dais al verso, dejad
vuestra profesión coplera,
o al versificar, ved antes si os presta
el Asno erudito sus tiesas orejas.
Félix María de Samaniego