EL AMOR CAUTIVO
Zagalas crueles,
No más rigor ya;
Que Amor como niño
Merece piedad.
Los grillos de flores
Al punto soltad;
Las duras espinas
Hiriéndole están.
Si burlas donosas
De tierno rapaz
Con leve escarmiento
Quisiereis vengar,
Quitadle las flechas,
Robadle el carcax;
Con vuestros ojuelos
No ha menester más.
Mirad cómo tiembla
Con ansia mortal;
Y juntas las manos,
Demanda la paz.
No herir vuestros pechos,
Quisiera jurar;
Mas teme os ofenda
Su amarga piedad.
Si os huye, es ingrato;
Si os sigue, es audaz;
Sentís sus perfidias,
Y os cansa leal...
En esto Cupido
Se escapa sagaz,
Y lanza riendo
La flecha mortal:
Su Madre en los brazos
Le vuelve a estrechar,
Y ve a las zagalas
Heridas llorar.
Francisco Martínez de la Rosa