RECUENTO BIOGRÁFICO
Extraída la montaña
un perfume luminoso,
y titilaba la infancia
en el pueblo del rocío.
Tuve la sabiduría
del que ama su raíz,
un padre que regalaba
las promesas del ayer.
Pude en la verde espesura
seguir el rastro de oro de la perdiz.
Me llamaban desde el monte
las luciérnagas, con ademán de quietud.
Después abracé a los héroes.
En la enhiesta serranía
el aguacero volcaba
su noche llena de perlas.
Cuánto amanecer glorioso
en el sencillo diorama
donde duerme la torcaz.
Hojas, hojas...
El signarlo primero de lejanía
que cuajaba su belleza
en la orla del dolor.
Desde entonces:
pleamar, combate, cárcel, revuelo,
pálpito del sueño loco.
Y ahora recibo el árbol
vaciado en la distancia:
viene el orbe desleído,
la gran virtud del espacio.
¿Qué queda de todo el vuelo
irisado en el albor?
Una mano maternal
que palpa la profecía
del liberado jardín.
Francisco Matos Paoli