Como en la cumbre ecelsa de Mimante,
do en eterna prisión arde y procura
alzar la frente airada y guerra oscura
mover de nuevo al cielo el gran gigante,
se nota de las nubes, que delante
vuelan y encima en hórrida figura,
la calidad de tempestad futura,
que amenaza con áspero semblante,
así de mis suspiros y tristeza,
del grave llanto y grande sentimiento
se muestra el mal, que encierra el duro pecho.
Por eso no os ofenda mi flaqueza,
bella estrella de amor, que mi tormento
no cabe bien en vaso tan estrecho.
Fernando de Herrera