SONETO XLIII
¡Ay, que considerar el bajo punto
del estado mortal, al alma hiere!
Mas del tal peso alienta y la requiere
alta contemplación de su trasunto.
Pero con esto el gran rector conjunto
aquel tributo contrapuesto infiere,
do, no con celo, tanto el bien se quiere
cuanto a la humana parte elo mal va junto.
No sé si, al sostener la fatigosa
vida, fuera mejor falto jüicio,
con que el dolor se engaña y no se siente,
o si sentir en todo toda cosa,
con tal daño del alma y perjüicio,
es más alivio a la pasión doliente.
Francisco de Aldana