VI
CANCIÓN DE ELVIRA
Creció acaso arbusto tierno
A orillas de un manso río,
Y su ramaje sombrío
Muy ufano se extendió;
Mas en el sañudo invierno
Subió el río cual torrente,
Y en su túmida corriente
El tierno arbusto llevó.
Reflejando nieve y grana,
Nació garrida y pomposa
En el desierto una rosa,
Gala del prado y amor;
Mas lanzó con furia insana
Su soplo inflamado el viento,
Y se llevó en un momento
Su vana pompa y frescor.
Así dura todo bien...
Así los dulces amores,
Como las lozanas flores,
Se marchitan en su albor;
Y en el incierto vaivén
De la fortuna inconstante,
Nace y muere en un instante
La esperanza del amor.
Esteban Echeverría