ODA XVIII
De Anacreonte la segunda.
Dio la naturaleza
armada frente al toro, y al caballo
pies de robusto callo,
curso a la liebre de veloz presteza,
y una sima de dientes
a los leones, fieras impacientes.
También al pez y al ave
alas con que romper el agua y viento;
al hombre entendimiento;
pero ¿qué a la mujer? Beldad suave.
Y harto fue, pues la bella,
defensa, hierro y llamas atropella.
Esteban Manuel de Villegas