SONETO SEDIENTO
Mi tú. Mi sed. Mi víspera. Mi te-amo.
El puñal y la herida que lo encierra.
La respuesta que espero cuando llamo.
Mi manzana del cielo y de la tierra.
Mi por-siempre-jamás. Mi agua delgada,
gemidora y azul. Mi amor y seña.
La piel sin fin. La rosa enajenada.
El jardín ojeroso que me sueña.
El insomnio estelar. Lo que me queda.
La manzana otra vez. La sed. La seda.
Mi corazón sin uso de razón:
me faltas tanto en esta lejanía,
en la tarde, a la noche, por el día,
como me faltaría el corazón.
Eduardo Carranza