EL OVILLO DE LA LUNA 1
El gato de la abuela
se cansa de jugar con el ovillo;
ese gato sabe que allí, junto al fuego,
confortablemente, puede estar tranquilo
y jugar con el ovillo de estambre
mientras la abuela desenreda el hilo.
Pero el gato se va al techo
y en el caballete, contra el infinito,
se perfila su arco anhelante
proyectado hacia el vacío,
mientras esboza pataditas
a la luna, que es un ovillo.
Andrés Eloy Blanco
1 El Universal, Caracas, 15 de septiembre de 1924.