EL PESCADOR DE ANCLAS
Del silencio de ayer quedó entreabierta
la salida hacia el mar que te he guardado,
donde duerme en el golfo no encontrado
la península nunca descubierta.
Un mar al pie de su amargura muerta,
de faro, luna y sol desalumbrado
agua de fuego en el acantilado,
sumergida pasión junto a tu puerta.
Viaje de ardida nave y playas solas,
singladura de sed que así me pierdes,
racha de ti que así me desarbolas,
mar de los mares que mi casco muerdes...
Un mar para tu amor, un mar sin olas,
un mar que hicimos de silencios verdes...
Andrés Eloy Blanco