SONETO
EL AMOR PERDIDO
Salió el niño de Venus más querido
a su blanda conquista acostumbrada
y tardando en volver a su morada
diole la bella madre por perdido.
Sale, corre, pregunta por Cupido
impaciente solicita asustada
mustio el color, el pelo desgreñada,
en Chipre le buscó Pafos y Gnido.
Búscale entre las ninfas que venera
más hermosas, la selva, el río, el prado,
búscale entre las ninfas que el mar cría
Toco del padre Tormes la ribera
y hállole aquí pendiente del nevado
cuello de la hermosísima María.
Diego de Torres y Villarroel