XVIII
Éxtasis de las prodigiosas extinciones
de la forma, y éxtasis de los olvidos ciertos
del ser, todo extraviado en Dios, sobre los muertos
deseos de la vida y de las tentaciones.
Rapto loco a no soñadas posesiones
de espirituales y de musicales huertos,
inclinados desde el cielo a mis desiertos
en un ansia de infinitas purificaciones.
Renuncia de toda dicha y de toda tierra,
del orgullo del yo, y de la gloria, y de la guerra,
y del cuerpo y la sangre... ¡Oh noche en que violento
todas las fuerzas puras que aún restan en mi pecho,
para lograr esta embriaguez que sufro y siento
mientras se va pudriendo la carne sobre el lecho!
Carlos Sabat Ercasty