TOISHA V
II
Ahora, ahora mismo,
En este instante idéntico a niña embarazada,
En este instante mismo en que la sangre se agolpa por mis sienes
En este instante, oh muerta!, en que navajas, tréboles,
O espartos moribundos dan sabor a tu boca,
En que huracanes trémulos, musgos recién nacidos,
O gusanos sin boca son dueños de tus senos,
En que la tierra inmensa te ahoga por la garganta
Por un instante no mayor que un beso,
En que lágrimas huecas o mechones de pelo perfectamente inútiles
No son lo que yo quiero: que es tu presencia misma,
Que es tu carne dorada donde yo me dormía,
Que son tus piernas tibias, tus muslos abarcados,
Tus fecundas caderas donde yo cabalgaba
Como un verano, hasta que te rendías,
Tus fortísimos brazos con que, toda desnuda,
Me levantabas sobre tu cabeza…
En este instante en que un dolor inmenso
Es incapaz de hacerme mover un solo dedo,
Yo te prometo, oh dulce esposa mía asesinada,
Oh madrecita sin haber parido, oh muerta,
Colgar tu atroz recuerdo cada noche de un pelo,
Y que desiertos de tinieblas moradas
O amargas noches de insomnio y sobresalto
Sean incapaces de ahogarme como a un niño.
Camilo José Cela