CADA NOCHE
La vida triste reside en la espalda
El peso del dolor cae en la espalda
La humedad de la muerte está en el tuétano
El barro de la tierra está en el tuétano
Cada noche triste como el corcho
abro la puerta y me deslizo dentro
del nocturno terror
Miro el tamaño de mi cruda luz
y comparo mi olvido con las sombras
El dulce olor a dátil del pasado
penetra el ebrio aire
Y ya no tengo nada que ver con la mujer
ni con el hombre fantasmal
Dueño de un cuerpo acaba
el día terrestre y sus miserias ávidas.
Carlos Edmundo de Ory