EN UN ÁLBUM QUE ME PRESENTARON CUANDO ESTABA CONTEMPLANDO UNA HERMOSA TARDE
La tarde va a expirar... lejano y tibio
el sol ya terminando su carrera
en las tranquilas aguas reverbera
su postrimera luz:
Y los alegres pájaros meciendo
entre las ondas sus pintadas plumas,
hacen saltar las cándidas espumas
con su leve chapuz.
Y las flores que lánguidas doblaron
el mustio cuello en el calor del día,
se alzan risueñas a la luz sombría
del sol que hundido
está.
La tarde va a expirar... la luna apenas
entre la luz y sombras indecisas
en la azulada esfera se divisa
con vaga claridad.
Murmura el viento entre el ramaje espeso
las amarillas hojas arrastrando,
y en la faz de las aguas resbalando
con leve agitación.
Pardas tinieblas el espacio hienden
que oscurecen el cielo por instantes;
cruzan las aves de la noche errantes
en vaga confusión.
Ésta es la hora de la amante cita
que doy a los espíritus divinos;
con los últimos rayos vespertinos
vengo a la soledad.
Para escribir los místicos cantares
que estas horas inspiran a mi alma
he menester las hojas de una palma
llena de santidad.
Llevad lejos de mí libros profanos
que me fatigan los dolientes ojos,
y sus pinturas que me dan enojos
llevad lejos de mí;
Porque estas horas tristes de la tarde
a contemplar el cielo las dedico
yel corazón amante mortifico
con escribir aquí.
Carolina Coronado
Tomado de la página Biblioteca Cervantes Virtual.