EL HOMBRE PLANETARIO
VIII
Eva en el siglo veinte va calzada
de cuero de la sierpe fabulosa
y viste cada día
de un color diferente.
Acude al paraíso en automóvil,
mas no puede ocultar bajo la máscara
su identidad celeste.
Aprende los oficios de los hombres.
Cuida su corazón en una jaula
con flores, hijos, pájaros.
Imprime en vacaciones
la forma de su cuerpo
en la grama o la arena.
En su bolso de espejos
con el leve pañuelo de heliotropo
guarda las llaves de las siete puertas
del paraíso humano,
paraíso privado con teléfono,
máquina de lavar hojas de parra,
televisión azul como la luna
y refrigeradora con manzanas.
Jorge Carrera Andrade