VI
No es tiempo ya crüel, que más te ascondas
ni pongas a mi bien más embarazos;
haz esta carta, como a mí, pedazos,
que ya no espero más que me respondas.
Ya estoy como el que en esas aguas hondas,
cansado de medir el mar a brazos,
soltó los flojos y cansados brazos,
la boca abriendo a las saladas ondas.
Vencido me ha tu cruel y duro pecho,
mas, pues mi fino amor no conociste,
no es mucho que me prives de esperanza.
Con esto solo parto satisfecho,
que cuando entiendas lo que en mí perdiste
tú misma me darás de ti venganza.
Luis Barahona de Soto