COLGANDO EN CASA UN RETRATO DE RUBÉN DARÍO
Aquí nos tienes, Darío,
ésta es mi mujer, Dalmira,
morena como un estío.
Este el hijo en quien confío
que dilate mi memoria,
y ésta mi niña y mi gloria,
que de ella no digo nada
Cuatro meses es su historia.
El momento de yantar
desde hoy has de presidir,
y hasta el llorar y el reír
y la hora de trabajar.
Desde ahí, contempla el hogar
que no gozaste en el mundo;
mientras yo, meditabundo,
cuando mire tu retrato
te envidiaré largo rato,
triste, genial y errabundo.
Baldomero Fernández Moreno