Si el hombre en su Dios confía,
solo Dios debe saberlo.
Pues nadie habrá de entenderlo
si va como en procesión
mezclado con un montón
que no hace más que ofenderlo.
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Las cosas que son sagradas
no se deben manosear.
Cada uno tiene su altar
en el corazón guardado
y ha de llevar muy callado
dónde y cuándo ha de rezar.
Atahualpa Yupanqui