TRES ÁNGELES
Sigo en mi sombra, pero salen de ella
al oír tu palabra tres ángeles. Estaban
tras unas altas rocas escondidos
vigilando un tesoro.
En el mismo lugar brotó un enjambre
de abejas rumorosas,
un anillo de fuego,
veloz sobre las frentes.
Un arco se hizo el mar para las flechas
de estos perseguidores celestiales.
Y tu voz fue una rosa,
alta, sobre mis hombros,
con su luz recortada como pétalos.
Manuel Altolaguirre