LA VOZ CRUEL
EL SOLITARIO
En esta noche negra
con maldades de fósforo,
cuando brillan los crímenes
como peces,
voy por la vida en una barca,
voy bajo la muerte que es mi cielo.
Me admiro de ser yo
quien solitario
grite a los hombres
la verdad del destino.
Grito a los hombres plenos
y a las mujeres huecas,
les grito que el amor que les confunde
no debiera romperse.
Las mujeres se abren para el vicio
y los hombres ignoran,
cuando rasgan un vientre,
que están presos.
Las carceleras débiles,
huecas mil veces, huecas, huecas,
se ensañan y seducen traicionando.
El amor impotente
contra el placer fugaz se rompe el alma.
Y yo me rompo el alma
contra los horizontes de la vida.
Manuel Altolaguirre