SOBRE EL MAR
No puedo saber las horas
que llevo lejos de ti.
Un sol insistente impide
que el tiempo pase. No llega
la noche nunca. Yo vuelo
bajo una luz que es la muerte,
luz que ronda el mundo tuyo;
luz que si yo no corriera,
tanto como el astro corre,
fuera para mí la aurora.
Dichosa tú, que no tienes
luz constante, tú que gozas
en el alma noche y día.
No sabes lo que es perderse
iluminado e insomne
por el espacio, entre nubes,
sin ser ángel, sin ser ángel.
Manuel Altolaguirre