PARA NO MORIRME
Para no morirme
perseguí a mi alma,
que se iba conmigo
por una ciudad
soñada, invisible.
Yo la iba siguiendo
sin que tú supieras
que mi cuerpo andaba
tan sólo por ella,
para no morirse.
Tú me ibas siguiendo,
tu alma quería
tirar de mi cuerpo.
Para no morirse
lo seguía tu alma.
De ti, solamente
me quería tu cuerpo.
Manuel Altolaguirre