EL ALMA
Es la lluvia miradas de ángeles gloriosos,
acordes de cristales.
Y sobre todo esto:
la alegría de estar no junto,
ni sobre, ni tampoco dentro,
sino en ella.
Contundidos los dos,
más que fundidos.
Hechos ya un solo cuerpo,
un alma sola
que se besa a sí misma
por los espacios blancos,
olvidada del mundo.
Manuel Altolaguirre