DOLOR OSCURO
¡Cerrad todas las puertas!
Que angustioso del centro
de mi tiniebla brote
el fantasma apretado;
que su presencia ahuyente
las músicas, los roces,
los perfumes, las vistas;
que su silencio agrande
la sala inmensamente.
¡Cerrad todas las puertas!
Que este dolor se encuentre
desconocido, inmóvil;
que apague mis sentidos
y todo se haga noche:
mi carne, el aire, todo.
Que mi dolor oscuro
no pueda tener límites.
Que para mí no queden
ni luces ni alegrías.
Manuel Altolaguirre