Como un grueso perfume
se agrandaba opulento
rozando con sus bordes
interiores del alma,
y luego, al alejarse
en las paredes íntimas,
abandonó consciente
—señal, vestigio, huella—
la fina piel suavísima
de su último contorno.
Hueco de olor, el cuatro
perfil de aroma ofrece
a pesquisas de olfato:
señal, vestigio, huella,
del tránsito de un libro.
Manuel Altolaguirre