ESTOY DE PIE EN UN SUEÑO
Estoy de pie en un sueño.
No lo quebrante nada:
ni ese buque de bruma,
ni ese torso aterido,
ni ese dolor que viene
preguntando mis señas,
ni esa medalla rota
de mi niñez soleada,
ni ese cadáver dulce
que nunca se derrite.
Pasan las nubes. Tocan
mi preñez constelada.
Depositan sus roncas
liviandades encinta
y mi cintura es bóveda
donde naufraga el cielo.
Pasa la noche. Pasa
como un linaje oscuro
donde mezo mi lánguido
devenir de planeta.
Estoy de pie en un sueño.
Soy sueño que levita.
Soy nave circular,
la faz del plenilunio.
Pasa la vida. Sueña.
Hunde en mi horcajadura
sus dos guantes helados
y al fondo de mi entraña,
como si en un estanque,
un pasajero espera.
Tiene el porte del ángel,
la estatura de seda,
el sopor migratorio
de una deidad brevísima.
Estoy de pie en un sueño.
No lo quebrante nada:
ni ese buque de bruma,
si ese torso aterido,
ni ese dolor que viene
preguntando mis señas.
Ana Istarú