DE LO QUE LE CONTESÇIÓ AL ARCIPRESTE CON LA SERRANA
Estrofas 972-986
Luego después, desta venta fuyme para Ssegovia,
non a conprar las joyas para la chata Troya;
fuy veer una costiella de la serpiente groya,
que mató al viejo Rrando, segund dise en Moya.
Estid' en esta cibdat e espendí mi caudal;
non fallé poço dulçe nin fuente perenal.
dix', desque vi mi bolsa que se parava mal:
«mi casilla e mi fogar çien sueldos val'».
Torneme para mi tierra dende a terçer dya;
mas non vyn' por Loçoya, que joyas non traya;
cuydé yr por el puerto que disen la Fuentfría:
herré todo el camino, como quien non sabía.
Por el pynar ayuso fallé una vaquera,
que guardava sus vacas çerca esa rribera:
yo le dixe: «omíllome, sserrana falagera,
morarme he convusco o mostradme la carrera».
—«Sseméjasme, sandío, que así te conbidas:
non te llegues a mí, ante te lo comidas;
synon, yo te faré que mi cayada midas:
si en lugar te cojo, byen tarde la olvidas».—
Como dise la fabla, del que de mal se quita:
«Escarva la gallyna e falla su pepita»,
proveme por llegar a la gaha maldita,
diome con la cayada tras la oreja fita.
Derribome cuest' ayuso e cay estordido:
ally prové que era mal golpe el del oydo;
«¡confonda Dios,» dixe yo, «cigüeña en el exido,
que de tal guisa acoje cigoñinos en nido!»—
Desque ovo en mí puesto las sus manos yradas,
diz' la descumulgada; «Non pases las aradas.
non t' asañes del juego, que esto a las vegadas
conquirense en uno las buenas dineradas».—
»Entremos a la cabaña, Herroso non lo entienda;
meterte he por camino e avrás buena merienda;
llévate dende, Cornejo, non busques más contienda».
Desque la vy pagada, levanteme corrienda.
Tomome de la mano e fuémosnos en uno:
era nona passada e estava yo ayuno;
desque en la choça fuemos, non fallamos ninguno:
díxome que jugásemos al juego por mal del uno.
«¡Pardiós!», dixe yo, «amiga, más querría almosar»,
d'ayuno e d'arreçido non podría solasar:
sy ante non comiese, non podría byen jugar,
non se pagó del dicho, quésome amenasar.
penssó de mí e della. Dix' yo: «Agora se prueva
que «pan e vino juega, que non camisa nueva».
Escoté la meryenda e partyme dalgueva;
díxele que me mostrase la ssenda, que es nueva.
Rogome que fyncase con ella esa tarde,
ca mala es d'amatar el estopa, de que arde.
Díxel' yo: «estó de priessa, ¡sy Dios de mal me guarde!»
Assañose contra mí, resçelé e fuy covarde.
Ssacome de la choça, llegome a dos senderos:
amos son byen usados, amos son camineros;
andit lo más que pud' ayna los oteros;
llegué con sol tenprano al aldea Ferreros.
Desta burla passada ffiz' un cantar atal:
non es muncho fermoso, creo nin cumunal:
fasta qu' el libro entyendas, del byen non digas mal,
ca tú entenderás uno e el libro dirá ál.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320