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ENXIENPLO DE LA ABUTARDA E DE LA GOLONDRINA
Estrofas 746-870

Érase un caçador bien sotil pasarero;
ffue senbrar cañamones en un viçioso ero,
para fazer sus cuerdas e lazos el rredero;
andava el abutarda çerca en el sendero.

Dixo la golondrina a tórtolas e pardales
e más al abutarda estas palabras tales:
"Comed esta semiente de aquestos eriales,
que es aquí senbrada por vuestros grandes males".

Fezieron grant' escarnio de lo que les fablava,
dexiéronle que s' fuese, que locura chirlava.
La semiente nasçida, vyeron cómo rregava
el caçador el cánamo e non las espantava.

Tornó la golondrina e dixo al abutarda
que arrancase la yerva, que era ya pujada:
que quien tanto la rriega e tanto la escarda
por su mal lo fazía, magera que se tarda.

Dixo el abutarda: "Loca, sandía, vana;
syenpre estás chirlando locura de mañana;
non quiero tu conssejo, ¡vete para villana!
déxame en esta vega tan fermosa e tan llana".—

Fuese la golondrina a casa del caçador,
fizo ally su nido quanto pudo mijor;
como era grytadera e mucho gorjeador,
plogo al caçador, que era madrugador.

Cogido ya el cáñamo e fecha la parança,
fuese el pasarero, como solía, a caça:
prendió al abutarda e levola a la plaça;
dixo la golondrina: "Ya sodes en pelaça".—

Luego los ballesteros peláronle las alas,
non le dexaron peñolas, salvo chicas e rralas:
non quiso buen conssejo, cayó en fuertes palas:
"¡Guardatvos, doñ' Endrina, destas paranças malas!

"Que muchos se ayuntan e son de un conssejo,
por astragarvos toda e fervos mal trebejo:
juran que cada día yredes a conçejo:
como al abutarda pelarvos an el pellejo.

"Mas él vos defendrá de toda esta contienda:
ssabe de muchos pleitos e sabe de lienda,
ayuda e deffiende a quien se l' encomienda:
si él non vos defiende, non sé quién vos defienda".

Començó su escanto la mi vieja coytral:
"Quando el qu' aya buen siglo seya'n este portal,
dava sonbra a las casas, rrelusíe la cal;
mas do non mora ome, la casa poco val'.

"Así estades, fija, biuda e mançebilla,
sola, sin conpañero como la tortolilla:
deso creo que estades amariella e magrilla,
que do son todas mugeres nunca mengua rrensilla.

"Dios bendixo la casa, do el buen ome cría:
sienpre an gasajado, plaser e alegría:
por ende tal mançebillo para vos lo querría,
ante de munchos días veríedes mejoría".—

Respondióle la dueña, diz': "Non m' estaría bien
casar ante del año, que a biuda non convien',
fasta que pase el año de los lutos que tien',
casarse; ca el luto con esta carga vien'.

"Sy yo ante casase, sería enfamada,
perdería la manda, que a mí es mandada,
del segundo marido non sería tan onrrada,
terníe que non podría sofrir grand tenporada".

"Fija," dixo la vieja, "el año ya es pasado:
tomad este marido por ome e por velado;
andémoslo, fablémoslo, tengámoslo çelado:
hado bueno vos tienen vuestras fadas fadado.

"¿Qué provecho vos tien' vestir de negro paño,
andar envergonçada e con muncho sosaño?
señora, dexar duelo e faset cabo de año:
nunca la golondrina mejor consejó ogaño.

"Xergas por mal señor, burel por mal marido
a cavalleros e dueñas es provecho vestido;
mas dévenlo traer poco e fer chico rroydo:
grand plaser e chico duelo es de tod' ome querido".

Respondió doñ' Endrina: "Dexat, non osaría
faser lo que me desides nin lo que él querría;
non me digas agora más desa ledanía,
non me afinques tanto luego al primero día.

"Yo non quise fast' agora muncho buen casamiento;
de quantos me rogaron sabes tú más de çiento:
sy agora tú me sacas de buen entendimiento,

    .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .

Assentóse el lobo, estudo atendiendo;
los carneros valyentes vinieron bien corriendo,
cogiéronle al lobo en medio, en él feriendo;
él cayó quebrantado, ellos fueron fuyendo.

A cabo de grand pieça levantose estordido,
dixo: "diome el diablo el ageno roydo;
yo ove buen aguero, Dios me l'avia conplido,
non quise comer tozino, agora soy escarnido".—

Ssalió de aquel plado, corrió lo más que pudo,
vyó en unos fornachos rretoçar a menudo
cabritos con las cabras, mucho cabrón cornudo:
"A la fe", diz', "agora se cunple el estornudo".—

Quando vyeron al lobo, fueron malespantados,
salieron rresçebirle los más adelantados:
"¡Ay, señor guardiano!" dixieron los barbados,
"byen venido seades a los vuestros criados.

"Quatro de nos queríamos yrvos a conbydar
que nuestra santa fiesta viniésedes a onrrar,
desirnos buena missa e tomar buena yantar:
pues que Dios vos aduxo, queredla oy cantar.

"Ffiestas de seys capas e de grandes clamores,
fazemos oy byen grande syn perros e sin pastores;
vos cantad en boz alta, rresponderán los cantores,
ofreçeremos cabritos, los más e los mejores".—

Creóselos el neçio, començó de aullar,
los cabrones e cabras en alta boz balar;
oyeron los pastores el grand apellidar,
con palos e con mastines viniéronlos buscar.

Salyó más que de passo, fizo ende rretorno,
pastores e mastines troxiéronlo en torno,
de palos e pedradas ovo un mal sojorno;
dixo: "diome el diabro cantar missa en forno".—

Fuese más adelante çerca de un molino;
falló y una puerca con mucho buen cochino.
"¡Ea!," diz', "ya desta tan buen día me vino,
que agora se cunple el mi buen adevino".—

Dyxo luego el lobo a la puerca byen ansí:
"Dios vos dé paz, comadre, que por vos vine aquí;
vos e vuestros fijuelos ¿qué fazedes por ay?
mandad vos e faré yo, después gobernad a mí".

La puerca, que se estava so los sauses loçanos,
fabló contra el lobo, dixo dichos non vanos:
"Señor abbad conpadre, con esas santas manos
bautisat mis fijuelos, porque mueran xristianos.

después que vos ayades fecho este sacrifiçio,
ofreçervos los he yo en graçias e en serviçio,
vos faredes por ellos un salto syn bolliçio,
conbredes, folgaredes a la sonbra, al vyçyo".—

Abaxóse el lobo ally so aquel sabçe,
por tomar el cochino que so la puerca yaçe;
diol' la puerca del rrostro, echole en el cabçe:
en la canal del molino entró, que mal le plaçe.

Tróxolo en deredor a malandar el rrodesno,
salyó malquebrantado, paresçía pecadesno:
bueno le fuera al lobo pagarse con torresno,
non oviera tantos males nin perdiera su presno.

Ome cuerdo non quiera el ofiçio danoso,
non deseche la cosa, de qu' está deseoso,
de lo que l' pertenesçe non sea desdeñoso,
con lo que Dios le diere, páselo bien fermoso.

Algunos en sus cassas passan con dos sardinas;
en agenas posadas demandan golosinas:
desechan el carnero, piden las adefinas,
desían que non conbrían tozino sin gallynas.

Fijo, el mejor cobro de quantos vos avedes,
es olvidar la cosa que aver non podedes:
lo que non puede ser, nunca lo porfiedes:
lo que fazer se puede, por ello trabajedes.

¡Ay de mí! ¡con qué cobro tan malo me venistes!
¡Qué nuevas atan malas, tan tristes me troxistes!
¡Ay vieja matamigos! ¿por qué me lo dixistes?
Tanto byen non me faredes, quanto mal me fesistes.

¡Ay viejas pytofleras! ¡malapresas seades!
El mundo rrevolviendo a todos engañades,
mintyendo, aponiendo, desiendo vanidades,
a los nesçios fazedes las mentyras verdades.

¡Ay! que todos mis mienbros comiençan a tremer,
mi fuerça e mi seso e todo mi saber,
mi salud e mi vyda e todo mi entender
por esperança vana todo se va perder.

¡Ay, coraçón quexoso, cosa desaguisada!
¿Por qué matas el cuerpo, do tyenes tu morada?
¿Por qué amas la dueña, que non te precia nada?
Coraçón, por tu culpa byvrás vida penada.

Coraçón, que quisiste ser preso e tomado
de dueña, que te tyene por demás olvidado,
posístete en presión e sospiros e cuydado:
penarán ¡ay coraçón! ¡tan olvidado! ¡penado!

¡Ay ojos, los mis ojos! ¿por qué vos fustes poner
en dueña, que non quiere nin vos catar nin ver?
Ojos, por vuestra vista vos quisistes perder:
¡Penaredes, mis ojos!: ¡penar e amortesçer!

¡Ay, lengua syn ventura! ¿por qué quieres desir?
¿Por qué quieres fablar? ¿por qué quieres departyr
con dueña, que te non quiere nin escuchar nin oyr?
¡Ay cuerpo tan penado, cómo te vas a morir!

Mugeres alevosas de coraçón traydor,
que non avedes miedo, mesura nin pavor
de mudar do queredes el vuestro falso amor,
¡Ay, muertas vos veades de ravia e de dolor!

Pues que la mi señora con otro fue casada,
la vida deste mundo yo non la preçio nada;
mi vida e mi muerte ésta es señalada:
pues que aver non la puedo, mi muerte es llegada.

Diz': "Loco ¿qué avedes, que tanto vos quexades?
por ese quexo vano vos nada non ganades;
tenprad con el buen seso el pesar que ayades,
alynpiat vuestras lágrimas e pensat qué fagades.

"Grandes artes demuestra el mucho menester,
pensando los peligros podedes estorçer,
quiçá el grand trabajo puede vos acorrer,
Dios e el uso grande fazen fados bolver".—

Yo le dixe: "¿Quál arte, quál trabajo e sentido
sanará tan grand golpe, de tal dolor venido?
Pues a la mi señora cras le darán marido,
toda mi esperança pereçe e so perdido.

"Ffasta que su marido pueble el çementerio,
non casara conmigo: que seríe adulterio;
a nada es tornado todo el mi laçerio,
veo el daño grande e después el haçerio".—

Dixo la buena vieja: "En ora muy chiquiella
sana dolor muy grande e sale grand masiella;
después de muchas luvias viene la buen oriella,
en pos los grandes nublos grand sol e gran sonbriella.

"Vyene salud e vyda después de grand dolençia,
vienen muchos plaseres después de grant tristençia,
conortadvos, amigo, tened buena creençia:
cerca son grandes gozos de la vuestra querençia.

"Doñ' Endrina es nuestra e fará mi mandado:
non quier' ella casar con otro ome nado,
todo el su desseo en vos está fyrmado.
Si mucho la amades, más vos tyene amado".—

"Señora madre vieja, ¿qué me desides agora?
Fasedes como madre, quando el moçuelo llora,
que le dise falagos, porque calle esa ora:
por esto me desides que es mía mi señora.

"Así fazedes, madre, vos a mí por ventura,
porque pierda tristesa, dolor e amargura,
porque tome conorte e porque aya folgura:
¿Desídesme juguetes? ¿fabládesme en cordura?"

"Conteçe", diz' la vieja, "así al amador:
como al ave que sale de uñas del açor:
en cada lugar teme qu' está el caçador,
e que quiere levarla; syenpre tyene temor.

"Creed que verdat digo, asi lo fallaredes;
si verdat me dexistes e amor le avedes,
ella verdat me dixo, quiere lo que vos queredes:
perdet esa tristesa, que vos lo provaredes.

"La fyn muchas devezes non puede rrecudyr
con el comienço suyo nin se puede seguir:
el curso de los fados non pued' ome desir,
solo Dios e non otro sabe lo por venir.

"Estorva grandes fechos pequeña ocasyón,
desesperars' el ome es perder coraçón;
el grand trabajo cunple quantos deseos son,
muchas veses allega rriquesas a montón.

"Todo nuestro trabajo e nuestra esperança
está en aventura e está en balança;
por buen comienço espera ome la buena andança;
a veses vien' la cosa, pero faga tardança".—

"Madre, ¿vos non podedes conoscer o asmar
sy me ama la dueña o sy me querrá amar?
Que quien amores tyene non los puede çelar
en gestos o en sospiros o en color o en fablar".

"Amigo", diz' la vieja, "en la dueña lo veo,
que vos quiere e vos ama e tyene de vos desseo:
quando de vos le fablo e a ella oteo,
todo se le demuda el color e el aseo.

"Yo a las devegadas mucho canssada callo;
ella me diz' que fable, que non quiera dexallo:
fago que non me acuerdo; ella va començallo,
óyeme dulçemente: muchas señales fallo.

"En el mi cuello echa los sus braços entramos,
asi una grand pieça en uno nos estamos,
sienpre de vos desimos, nunca en ál fablamos,
quando alguno vyene, otra rrazón mudamos.

"Los labros de la boca le tienblan un poquillo,
el color se le muda bermejo, amarillo,
el coraçón le salta ansy, a menudillo.
apriétame mis dedos con los suyos quedillo.

"Cadaque vuestro nonbre yo le estó desiendo,
otéame, sospira e está comediendo,
avyva más el ojo, está toda bulliendo:
paresçe que convusco non s' estaría dormiendo.

"En otras cosas muchas entyendo esta trama:
ella non me lo niega, ante diz que vos ama;
sy por vos non menguare, abaxarse ha la Rrama:
e verná doña Endrina, sy la vieja la llama".—

"Señora madre vieja, la mi plasentería,
por vos mi esperança syente ya mijoría,
por la vuestra ayuda creçe mi alegría;
¡non canssedes vos, madre! ¡Seguidla todavía!

"Tyra muchos provechos a veses la pereza,
a muchos aprovecha un ardit sotileza;
conplid vuestro trabajo, acabad la nobleza:
perderla por tardança seríe grand vileza".—

"Amigo, segund creo, por mí avredes conorte,
por mí verná la dueña andar al estricote;
mas yo de vos non tengo sinon este pellote:
sy buen manjar queredes, pagad bien el escote.

"A veses non façemos todo lo que desimos,
e quanto prometemos, quisá non lo complimos;
al mandar somos largos, al dar escasos primos,
por vanas promisiones trabajamos e servimos".—

"Madre, vos non temades qu'en mentyra vos ande,
ca engañar al pobre es pecado muy grande:
non vos engañaría ¡nin Dios aquesto mande!
sy a vos engañare, él á mí lo demande.

"En lo que nos fablamos, fusia aver devemos:
en la firme palabra es la fe que tenemos;
sy en algo menguamos de lo que prometemos,
es vergüença e mengua, sy conplyr lo podemos".

"Esto", dixo la vieja, "byen se dize fermoso;
mas el pueblo pequeño syempre está temeroso
en que sea sobrado el rrico poderoso:
por chica rrasón pierde el pobre e el cuytoso.

"El derecho del pobre piérdese muy ayna,
al pobre, al menguado, a la pobre mesquina
el rrico los quebranta, sobervia los enclina;
non son end' más preçiados que la seca sardina.

"En cada parte anda poca fe e grand folía,
encúbrese en cabo con mucha artería,
non ha la aventura contra el fado valya,
a las vezes espanta la mar e faz' buen día.

"Lo que me prometistes póngolo en aventura.
Lo que vos yo promety, tomad e aved folgura:
quiérome yr a la dueña, rrogarle por mesura,
que venga a mi casa a vos fablar segura.

"Sy por ventura solos vos podíese yuntar,
ruegovos que seades ome de buen bogar;
el su coraçón della non sabe mal amar:
darvos ha en chica ora lo que queredes far".

Fue a casa de la dueña, dixo: "¿Quién mora aquí?"
Respondióle la madre: "¿Quién es que llama y?"
"Señora doña Rama, yo. ¡Por mi mal vos vy!
que las mis hadas negras non se parten de mí".

Díxole doña Rama: "¿Cómo vienes, amiga?"—
"¿Cómo vengo, señora? ¡Non sé como lo diga!
Corrida e amarga: me diz' toda enemiga
uno, non sé quien es, mayor qu' aquella vyga.

"Ándame todo el día como a cierva corriendo,
com' el diablo al ricome asi me anda seguiendo,
que l' lyeve la sortija, que l' andava vendiendo:
está lleno de doblas, fascas que non l' entyendo".

Desque oyó aquesto la rrensellosa vieja,
dexola con la fija e fuese a la calleja.
Començó la buhona desir otra consseja:
a la rraçón primera tornole la pelleja.

Diz': "¡Ya levase el diablo a la vieja rresellosa!
que por ella convusco fablar ome non osa;
pues ¿qué? señora fija ¿cómo está vuestra cosa?
véovos byen loçana, byen gordilla, fermosa".

Preguntóle la dueña: "Pues ¿qué nuevas de aquél?"—
Diz' la vieja: "¿Qué nuevas? ¿Qué sé yo qué es dél?
¡Mesquino e magrillo!: ¡non ay más carne en él
que en pollo yverniso después de Sant Migel.

"El grand fuego non puede encobrir la su llama,
nin el gran amador pued' encobrir lo que ama:
ya la vuestra manera entyéndela mi alma,
mi coraçón con duelo sus lágrimas derrama.

"Porque veo e conosco en vos cada vegada
que sodes de aquel ome locamente amada:
¡Su color amarillo, la su faz demudada!
En todos los sus fechos vos traye antojada.

"E vos dél non avedes nin cuyta nin enbargo:
desídesme non sienpre, magera vos encargo.
Con tantas demesuras d' aquel ome tan largo,
que lo trayedes muerto, perdido e amargo.

"Sy anda o sy queda, en vos está pensando,
los ojos faza tierra non queda sospirando,
apertando sus dedos, en su cabo fablando:
¡Rabiosa vos veades! ¿doledes fasta quando?

"El mesquino sienpre anda con aquesta tristesa:
¡Par Dios! ¡mal día él vydo la vuestra grand' duresa!
De noche e de día trabaja syn peresa;
mas non le aprovecha arte nin sotilesa.

"De tierra mucho dura fruta non sale buena,
¿quién, synon el mesquino, sienbra en el arena?
Saca galardón poco, grand trabajo, grand pena,
anda devaneando el pez con la ballena.

"Primero por la calle él fue de vos pagado,
después de vuestra fabla fue mucho enganado:
por aquestas dos cosas fue mucho enamorado,
de lo que'l prometistes, non es cosa guardado.

"Desque con él fablastes, más muerto le trahedes;
e mager que callades, tan bien como él ardedes:
descobrid vuestra llaga, synon así morredes:
el fuego encobyerto vos mata: ¡penaredes!

"Dezid de todo en todo bien vuestra voluntat,
¿quál es vuestro talante? desidme la verdat:
o bien bien lo fagamos o bien bien lo dexat,
que venir cada día non sería poridat".—

"—El grand amor me mata; el su fuego parejo,
peroque non me fuerça, aprémiame sobejo;
el miedo e la vergüença defiéndeme el trebejo;
a la mi quexa grande non le fallo conssejo".

"—Fija, perdet el miedo, que se toma syn rasón:
en casarvos en uno, aquí non ay trayçión:
este es su deseo, tal es su coraçón,
de cassarse convusco a ley e a bendeçión.

"Entyendo su grand coyta en más de mill maneras;
dize a mí llorando palabras maselleras:
¡doñ' Endrina me mata e non sus conpañeras!
¡Ella sanar me puede, que non escantaderas!

"Desque veo sus coytas e quán byen lo departe.
con piedat e coyta yo lloro por que'l harte;
pero en mi talante alégrome en parte,
ca veo que vos ama e vos quiere syn arte.

"En todo paro mientes, más de cuanto cuydades,
e veo que entramos por ygual vos amades:
con el ençendemiento morides e penades;
pues qu' el amor lo quiere ¿por qué non vos juntades?"

"—Lo que tú me demandas, yo aquello codiçio,
sy mi madre quesiere otorgar el ofiçio;
más que nos ál queramos, por vos fazer servicio,
tal lugar non avremos para plazer e viçio.

"Que yo mucho faría por mi amor de Fyta;
mas guárdame mi madre, de mí nunca se quita".—
Dixo Trotaconventos: "¡A! ¡la vyeja pepita!
¡Ya la cruz la levase con el agua bendita!

"El amor engañoso quiebra claustras e puertas,
vençe a todas guardas e tyénelas por muertas:
dexa el miedo vano e sospechas non çiertas,
las fuertes çerraduras le paresçen abyertas".—

Dixo doña Endrina, a la mi vieja paga:
"Mi coraçón te he dicho, mi desseo e mi llaga;
pues mi voluntad vees, conséjame qué faga:
por me dar tu conssejo vergüença en ty non yaga.

"Es maldat e falsía las mugeres engañar,
grand pecado e desonrra en las asi dañar:
vergüença que fagades yo la he de callar;
mas los fechos e la fama, esto me faz' dubdar.

"Mas el que contra mí por acusar me venga,
¡tómeme por palabra! ¡a la peor s' atenga!
Faga quanto podiere, a osadas se tenga:
o callará vençido o ¡váyase por menga!

"Véngase qualsequier conmigo departir:
todo lo peor diga, que me puede desir;
que aquel buen mançebo, dulçe amor syn fallyr,
él será nuestra ayuda, que l' fará desdesir.

"La fama non sonará, que yo la guardaré byen:
el murmullo e el roydo ¡que lo digan! ¡non ay quien!;
syn vergüença es el fecho, pues tantas carreras tyen':
maravíllome, señora, esto por qué te detyen'".

"¡Ay Dios!", dixo la dueña, "¡coraçón del amador!
¡En quantas priesas se buelve con miedo e con temor!
Acá e allá lo trexna el su quexoso amor:
e de los muchos peligros non sabe quál es mayor.

"Las penas desacordadas cánsanme noche e día:
lo que el amor desea, mi coraçón lo querría;
grand temor gelo defiende, que mesturada sería:
¡quál coraçón tan seguido de tanto, non cansaría!

"Non sabe lo que se faga, sienpr' anda descaminado:
ruega e rrogando creçe la llaga d'amor penado:
con el mi amor quexoso fast' aquí he porfiado;
mi porfya él la vençe, es más fuert' apoderado.

"Con aquestos pensamientos trayeme muy quebrantada,
su porfía e su quexo ya me traye muy cansada:
alégrome con tristesa, lasa, mas enamorada:
más quiero moryr su muerte, que bevir vida penada.

"Quanto más malas palabras ome diz' e las entiende,
tanto más en la pelea se abyva e s' ençiende:
quantas más dulçes rrasones la dueña d' amor atyende,
atanto más doña Venus la enflama e l'ençiende.

"Pues que vos non podedes amatar vuestra llama,
faced byen su mandado del amor que vos ama:
fija, vuestra porfia vos mata, vos derrama;
perderedes la vida, si ella non se atama.

"De noche e de día le vedes, byen vos digo,
en vuestro coraçón al ome vuestro amigo:
él en su coraçón vos tiene así consigo:
matad vuestros deseos: matan como enemigo.

"Tan byen a vos com' á él este cuydado atierra:
vuestras fazes, vuestros ojos andan con color de tierra;
darvos ha muerte a amos la tardança, la desyerra:
quien non quier' creer mis dichos, más lo falle, más lo yerra.

"Más cierto, fija señora, yo creo que vos cuydades
olvidar e escusar aquello que más amades:
esto vos non lo pensedes nin coydedes nin creades,
que, sinon la muerte sola, non parte las voluntades.

"Verdad es que los plaseres conortan a las deveses:
por ende, fija señora, yd a mi casa a veses;
jugaremos a la pella, e otros juegos rreheses,
jugaremos, folgaremos, darvos he y de las nueses.

"Nunca está la mi tyenda syn fruta a las loçanas;
muchas peras e durasnos ¡qué cidras e qué mançanas!
¡Qué castanas, qué piñones e qué muchas avellanas!
Las que vos queredes mucho, éstas vos serán más sanas.

"Desd' aquí a la mi tienda non ay synon la pasada,
en pellote vos yredes, como por vuestra morada:
todo es d'aquí un barrio e vesindat bien poblada,
poc' a poco nos yremos jugando syn rreguarda.

"Ydvos tan seguramente comigo a la mi tyenda,
como a vuestra casa, tomar buena meryenda;
nunca Dios lo quiera, fija, qu' ally vos nasca contyenda.
Yremos calla callando, porque otro non l' entyenda".

Los omes a las vegadas con el grand afiyncamiento;
otorgan lo que non deven, mudan su entendemiento;
quando es fecho el daño, vien' el arrepentemiento:
çiega la muger seguida, non tyene seso nin tyento.

Muger e liebre seguida, mucho corrida, conquista,
pierde el entendemiento, çiega e pierde la vista:
non veye rredes nin lasos, en los ojos tyen' arista;
andan por escarneçerla; cuyda qu' es amada, quista.

Otorgóle don' Endrina de yr con ella folgar,
e comer de la su fruta e la pellota jugar.
"Señora", dixo la vieja, "cras avremos buen vagar,
yo me verné para vos, quando veya qu' ay lugar".—

Vynome Trotaconventos alegre con el mandado;
"Amigo", diz' "¿cóm' estades? yd perdiendo cuydado:
encantador malo saca la culuebra del forado,
cras verná fablar convusco, ya lo dexo recabdado.

"Sé que bien dize verdat el vuestro proverbio chico:
que "el rromero hito sienpre saca çatico";
sed cras ome en todo; non vos tengan por çenico:
fablad, mas recabdat, quando yo ay non fynco.

"Catad non enperesedes, menbratvos de la fablilla:
quando te dan la cabrilla, acorre con la soguilla;
Recabdat lo que queredes, non vos tengan por çestilla;
Más val' verguença en faz, que en coraçón mansilla".

yo Juan Ruiz, arcipreste de Fita

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320


«Libro de Buen Amor» (1320)

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