DE CÓMO EL AMOR VINO AL ARÇIPRESTE E DE LA PELEA QUE CON ÉL OVO EL DICHO ARÇIPRESTE
Estrofas 181-188
Dyré vos la pelea, que una noche me vino,
pensando en mi ventura, sañudo e non con vino:
un ome grande, fermoso, mesurado a mi vino:
yo le pregunté quién era; dixo: "Amor, tu vezino".
Con saña que tenía fuylo a denostar:
díxel': "Si Amor eres, no puedes aquí estar:
eres mintroso, falso en muchos enartar,
salvar non puedes uno, puedes çient mill matar.
"Con engaños e lysonjas e sotiles mentiras
empoçonas las lenguas, enervolas tus viras;
al que mejor te syrve, a él fieres, quando tiras,
párteslo del amiga al ome que ayras.
"Traes enloqueçidos munchos con tu saber,
fázeslos perder el sueño, el comer y el bever;
ffazes a muchos omes tanto se atrever
en ti, fasta que el cuerpo e el alma van perder.
"Non tienes regla çierta nin tienes en tí tiento:
a las vegadas prendes con grand revatamiento,
a vezes poco a poco con maestrías çiento:
de cuanto yo te digo, tú sabes que non miento.
"Desque los omes prendes, no das por ellos nada,
traeslos de oy en cras en vida muy penada,
ffazes al que te cree lazar en tu mesnada,
e por plazer poquillo andar luenga jornada.
"Eres tan enconado que, do fieres de golpe,
non lo sana mengía, enplasto nin xarope,
non sé ffuerte nin rreçio, que se contigo tope,
que no l' debatas luego, por mucho que se enforce.
"De cómo enflaquezes las gentes e las dapñas,
munchos libros ay desto, de cómo las engañas
con tus muchos doñeos e con tus malas mañas;
siempre tiras la fuerça, dízenlo en fazañas".
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320