AMÉRICA
Tesoro, aunque una sombra te mecía
en el mar del misterio más profundo,
fuiste llave y abriste para el mundo
las puertas de una ciencia que nacía.
Venciste al fanatismo que quería
poner límite al genio vagabundo,
sin ver que éste podía, en un segundo,
huir y hallar contigo nueva vía.
Y hoy se postra la tierra ante tu oro,
y buscan los esclavos libertad
en tus leyes, alivio de su lloro,
mientras lejos, llorando su orfandad,
espera de tus manos un tesoro
mi patria, sollozando de ansiedad.
Adelina Gurrea