DI STEFANO, RIAL, MARQUITOS
(Goleadores en la primera Copa de Europa ganada en París por el Real Madrid)
DI STEFANO
Dispararon las Pampas su saeta,
con el oro del sol sobre su pelo,
en sus ojos azules, todo el cielo,
y en sus pies alas de ángel y de atleta.
Nos trajo desde lejos la receta
del arte y de la fuerza a pleno vuelo:
con la sangre hace versos sobre el suelo,
con la frente los goles en la meta.
Se mueve como arcángel por su mundo;
el duende del balón humildemente
va granando la espiga de su agro
y cuando arranca con su «sprint» profundo
surge el dios, viril, joven, prepotente,
del asombro, la gracia y el milagro.
RIAL
Tu mediana estatura se agiganta
con la grandeza en llama de tu pecho;
eres la inspiración y el cauce estrecho
que conduce, contiene y amamanta.
En tus pies el balón suspira y canta
o se para a mirar, corzo en acecho,
el fondo de la red para su lecho
y el camino en zig-zag para su planta.
Y trenzas los instantes de tu hora
salvando las rudezas y las vallas,
príncipe del soslayo y la cautela,
hasta que en un relámpago de aurora
duerme el balón en gol bajo las mallas
como una araña, en paz, sobre su tela.
MARQUITOS
Tú que eres todo hombre, todo hombre
en tu joven envase, casi niño,
pero con sangre de racial aliño
por cauces de un valor limpio y sin nombre:
tú que del balompié eres prohombre
y tras tu camiseta Real de armiño
barres a Nordhal, Kopa y a Pahíño
sin que nada te asuste ni te asombre;
tú que eres precisión, fe e insistencia,
surgidas desde el fuego de tu entraña
para alcanzar las metas de la gloria,
a despecho de normas y de ciencia
llevas tu corazón adonde España
necesita estocadas de victoria.
Adelina Gurrea