MENDIGO
En la ciudad no se puede vivir
Sin tener un oficio conocido:
La policía hace cumplir la ley.
Algunos son soldados
Que derraman su sangre por la patria
(Esto va entre comillas)
Otros son comerciantes astutos
Que le quitan un gramo
O dos o tres al kilo de ciruelas.
Y los de más allá son sacerdotes
Que se pasean con un libro en la mano.
Cada uno conoce su negocio.
¿Y cuál creen ustedes que es el mío?
Cantar
mirando las ventanas cerradas
Para ver si se abren
Y
me
dejan
caer
una
moneda.
Nicanor Parra