EL RELOJ

En lo alto de una torre está colgado un reloj
como se fuera un lucero.
Quiere desgranar las horas
para rasgar el silencio.
Las desgrana, una a una,
cual si estuviera aprendiendo.
Tan...
Es la una
dice en la noche profunda
y, después, suena el misterio.
Tan..., tan...
Suena las dos,
medio trémulo e inquieto
y está aprendiendo a cantar,
como aprende un pequeñuelo.
Tan...,tan..., tan....,
Tres, dice después,
algo más firme, aunque tierno.
Tan..., tan..., tan..., tan...,
Cuatro
se oye, en la torre, tañendo,
y ahora el niño misterioso
sigue rasgando el silencio.
Tan..., tan...,tan... ,tan... ,tan...
Son cual cinco ruiseñores
que desgranan sus gorjeos.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Son seis perlas que, del cielo,
el reloj deja caer
en el suelo.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Siete gotas de cristal
que abren camino y sendero
a la llegada del sol,
que, en Oriente, está naciendo
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...,tan...
Ocho sonoros compases
de este cantor del tiempo.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Nueve trinos alargados
del esforzado jilguero.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Diez compases sin bemol
que están rodando y corriendo.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Once redondas sonatas
que desvendan un misterio.
Tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan..., tan...
Doce himnos clamorosos
que proclaman la victoria
del astro rey en su reino.