EL MÁRMOL

¡Frío impío mármol!
en mis manos haces llagas,
lejos de caricias de tus manos frías,
blancas y grises,
Carrara rueda por el monte abajo
describiendo matices,
usando el curvo suelo
para definir la meta final.

¡Frío impío mármol!
El cincel te da formas,
planos son tus pechos,
suelo de alfombras,
bombeas en tu perfección, hacia afuera,
los misterios de un rostro que toma vida,
lento, al paso del martillo.

¡Frío impío mármol!
Machaca que machaca
bajo la luz de un candil, creo tu forma varonil,
que soñé de porcelana y ahora es duro manto,
no se rompe si no es con encanto,
con lujuria desmedida,
¿qué temes, si no puedes, alma mía?

¡Frío impío mármol!
Sin llagas se va formando el cuerpo,
excesivo de gimnasio, tiene brillos,
tiene una sonrisa en el rostro
que borra la de la Mona Lisa,
¿cómo cincelo yo tus sentimientos?
Anhelo ser fuerte como mi Dios interno.

¡Frío impío mármol!
Ya tienes hasta cerebro,
empieza a crear, creativo eres,
como tú nadie puede,
pues el tiempo juega a tu favor,
el aprendizaje, la acción,
son tu don, santifícate y tendrás un corazón,
sabor de mermelada de fresa, que besa.

¡Frío impío mármol!
Mira de frente, mira alto,
más sé humilde a cada paso,
pues de soslayo, te observan,
tú sabes las tretas,
las sinuosas curvas que te diferencian,
creaste creador mi otro yo partido,
que sana sus heridas
a ritmo de latido, que quiere vivir
¡vivir, mármol frío!