DEL JARDÍN DEL EDÉN A LA MAGIA DE LA POESÍA II
Adán sin Eva, sueña en Eva.
Eva inventa ríos lejanos.
II
Eva esbelta y alegre, dueña de locos ríos,
con tus ojos azules que vienen de muy lejos.
Ah, qué hondamente tuyos son los silencios míos,
giratoria dulzura de otoños y de espejos...
Más allá de tus manos debe nacer la espuma,
ah, exactitud de entrega de tu mirada amiga.
No hay ausencia que reste lo que tu beso suma,
y es tuyo el aire de oro que madura la espiga.
Tu voz tiene un perfume de remotos idiomas,
y tu amor, como el agua, te ofreces y te evades.
De tu sonrisa aprenden blancuras palomas
y en tu gesto resurgen destruidas ciudades.
Ah, viajera del alba por la sed de tu nombre
cálido itinerario de nieve en el armiño;
hacen falta tus besos para que nazca el hombre
y para que muera complentamente el niño.
José Ángel Buesa