TODO LO DIJE
Todo lo dije, en llanto y alegría.
Lo dije todo, en llama y penitencia,
en el clima sombrío de la ausencia
y en el agua sin cause que corría.
Todo lo dije, como lo diría
un perfume, presente sin presencia;
y ahora sube a mi voz, agria de ciencia,
la ingenuidad de la melancolía.
Y he aquí el silencio, en última elocuencia,
más clara y más profunda todavía
y con más eficacia en su insistencia.
Porque lo dije todo, en noche y día,
en aptitud de ensueño y de evidencia,
y, al decir mi verdad, ya no era mía.
José Ángel Buesa