TENDIDO SOBRE EL LECHO
Tendido sobre el lecho veo allá lejos, mis pies.
Si, yo soy este largo animal fatigado que reposa.
Yo soy yo hasta esos dedos retorcidos e inútiles de allá abajo.
Este es mi cuerpo. Este es mi animal.
Yo le busco el manjar preferido, cuando tiene hambre.
Cuando tiene sueño, le permito echarse a dormir.
Ah, sí, lo nutro, lo abrigo, lo defiendo celosamente,
porque es mi animal.
Y aunque a veces trata de imponerme extraños caprichos,
y se releva contra mí si le cierro la puerta,
yo amo pacientemente este largo animal saludable,
este gran macho que suda y ronca mientras yo sueño.
José Ángel Buesa